lunes, 2 de diciembre de 2013

08:13 A.M.



La noche ha pasado y ningún sueño le ha torturado. Se ha mantenido despierto entre risas y bebidas. El sol salió desde su espalda. Sujetaba con firmeza el volante, esbozó una sonrisa mientras miraba por el retrovisor viendo los estragos que había causado la noche. Poco a poco se deshizo de la carga, de esas caras doloridas y graciosas. Poco a poco se fue quedando solo. Y cuando se quedó solo lo vio. Vio ese aguacero helado venir a por él y dejó que le empapara y le helara hasta el último de sus huesos. Impotencia y desesperación se adueñaron de su cuerpo y mente. No podía hacer nada, tan solo esperar a que pasara. Y pasó. Ya pasó.  Y el  abrigo que le dio la soledad de su coche le calentó como si de una chimenea tratara. Aquel momento fue una reconciliación, una disculpa, admitir su error y pedir  perdón. Cuando te dicen la verdad a la cara duele. Años atrás no fue lo suficientemente maduro para aceptar esa verdad, como si de un niño se tratara le dio la espalda y no quiso saber nada más de ella. Ahora ya lo entendía. Pudo superar un problema. Ahora debía solucionar los demás, que ha causado su enfado.





P.D.“Cuando llegue el momento, me dará mucha pena deshacerme de ti Chris”

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