domingo, 26 de mayo de 2013

Maldito


Abrió los ojos y luz fue lo único que vio. Estaba mareado. Cada parte de su cuerpo le ardía. Se incorporó. No recordaba donde estaba. Sus ojos poco a poco le dejaron ver su alrededor. Empezó a distinguir sombras, las sombras se hicieron más nítidas. Colores intensos. Fucsia, amarillo, rojo...
El corazón le subió por la garganta. ¿Qué era todo aquello? ¿Acaso no se había despertado? ¿O la pesadilla era real?
El rojo profundo lo salpicaba todo a su alrededor, los cadáveres les acompañaban, y la muerte se había adueñado del lugar.  No. Alguien ha tosido, alguien sigue con vida. Lo busco con la mirada. ¡No! ¡Su hermano! No se había percatado, pero estaba en su propio hogar, esas paredes salpicadas con sangre, eran las paredes que le habían visto crecer, y aquellos cuerpos... debían ser los sirvientes de su padre. ¡Maldición! ¿¡Que ha pasado aquí? Intento levantarse, pero su cuerpo se lo impidió. El también estaba muy mal herido. Con las pocas energías que le quedaban se aproximó hasta su hermano. Abrió los ojos, le reconoció. Sus ultimas palabras “Maldito estas.”

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