lunes, 11 de marzo de 2013

Obligada


La mirada fija a través del cristal, los rayos del sol calientan sus piernas. En su interior cae la lluvia. Obligada a olvidar, sin querer olvidar. Obligada a desconfiar, por confiar en una sonrisa. Aquella sonrisa que podría haber sido una lugar donde descansar, y tan solo era una estación de paso. Podría haber llegado a ser tantas cosas y se equivocó, solo fue una decepción. Ahora se obligaba a enterrar su corazón en el jardín trasero, esperando a que, quizá, algún día alguien logre encontrarlo y desenterrarlo sin dañarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario