Muchas características de
nosotros mismos que creemos inalterables, sin duda alguna, se modifican según en
la situación que nos encontremos. Un hombre por ejemplo, puede llegar a ser un
tipo inteligente, pero esa inteligencia disminuirá notablemente cuando esté
delante de una mujer de gran atractivo, e incluso palabras que día a día puede
decir sin problemas se le llegarán a quedar en la garganta atrapadas. La altura
de una persona no es la misma un lunes por la mañana, que un viernes por la
noche. La estatura también se reduce un domingo en casa de los padres de ella. Y en cuanto a la
belleza de una mujer, está se dispara hasta el cielo cuando se emociona de manera
inesperada o comete una graciosa locura. El único caso en que aumenta la
belleza de un hombre es en un bar, cuando esta contando a sus amigos la noche
que pasó con aquella mujer tan atractiva.
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