lunes, 9 de junio de 2014

Serie B


Un fundido a negro, la música cambia y las letras de los créditos empiezan a subir. Contempla la hora en el reloj de pared mientras se limpia los restos de aperitivos salados en su panza, usando su camiseta de Ash Williams a modo de servilleta. Las dos menos cuarto de la madrugada. Hora de dormir un poco. Por suerte aquella película le daría todo lo que quería para esa noche. Vampiros, hombres lobo, zombies; una buena dosis de pánico de los ochenta. Tendría pesadillas y su tentempié tras la cena ayudaría a que fueran terroríficas. Se levantó del sofá con cierta dificultad, miró a su alrededor buscando algo. Él mismo era el foco que buscaba. Necesitaba una ducha. Pero ya se la daría mañana, total, ya no tenía que ir al trabajo.
Con paso tranquilo se dirigió a su pequeño dormitorio rememorando las mejores escenas de la película. Una pesadilla siendo perseguido por hombres lobo sería maravillosa. O una gran horda de zombies sujetándole, descuartizándole y devorando sus tripas. La gente diferenciaba entre dos tipos de sueños, los agradables y las pesadillas, él, tenia otros dos tipos de sueños; los terroríficos y los espantosos.
Los terroríficos eran las típicas pesadillas donde le atrapaban, le incineraban o le torturaban.
Después estaban los espantosos. En esos sueños tenía un trabajo estable, había recuperado su atlético cuerpo de juventud y dormía cada noche junto a ella… después se despertaba, y todo era espantoso.

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